Sueño y agitación
Nuestras soluciones para una buena noche y un dulce despertar.
Dormir plácidamente
El sueño es la base del crecimiento de los niños y es crucial para su desarrollo psicofísico. Además, dormir bien mejora la capacidad de atención y aprendizaje y ayuda a los niños y a sus familias a hacer frente a los compromisos escolares y deportivos, a tener una vida social normal y, en consecuencia, una buena calidad de vida.
Normas y buenos hábitos
En la calidad del sueño y el control de las emociones de los niños subyacen buenos hábitos y normas de comportamiento a seguir. Hemos ideado productos naturales que pueden combinarse con buenos hábitos y comportamientos, cuando éstos no bastan por sí solos, para frenar la evolución de dolencias menores a enfermedades en toda regla.
Trastornos del sueño y estados de agitación
Nuestros productos, mediante el uso de melatonina, 5-hidroxitriptófano, teanina y magnesio, solos o en combinaciones específicas, ayudan a controlar los estados de agitación y los trastornos del sueño, como la dificultad para conciliar el sueño, los despertares nocturnos y el sueño alterado por la ansiedad.
Pruebas e investigación
Además de basarse en sustancias naturales avaladas por la bibliografía en cuanto a eficacia y seguridad de uso en niños, los productos están siendo estudiados por centros nacionales de referencia en neuropsiquiatría infantil.
Trastornos del sueño
Los trastornos del sueño en los niños pueden manifestarse a diferentes edades; en la primera infancia predominan la dificultad para conciliar el sueño y los despertares frecuentes, las parasomnias (por ejemplo, el pavor nocturno o los despertares confusionales) o los trastornos respiratorios del sueño (por ejemplo, el síndrome de apnea obstructiva del sueño), mientras que en edades más avanzadas pueden aparecer trastornos favorecidos por estilos de vida incorrectos o estados de agitación.
Estados de agitación, migraña, cefalea y dolor abdominal recurrente
Los estados de agitación se manifiestan de forma diferente según la edad. En los primeros años de vida están provocados por el miedo a quedarse solo (por ejemplo, en la guardería), en la edad escolar se imponen los miedos generalizados, la ansiedad por el rendimiento escolar y deportivo y las dificultades para relacionarse con los demás. La persistencia de los miedos y la agitación puede provocar trastornos psicosomáticos como dolores de cabeza y de estómago.