Crecimiento y desarrollo

Crecimiento y desarrollo

Crecer es un viaje único: nuestros productos te acompañan en cada paso del camino.

Buona

Crecer bien para estar bien

El crecimiento es un viaje que comienza en la concepción y dura hasta la pubertad. Durante este maravilloso viaje, los niños adquieren nuevas habilidades motrices, lingüísticas y de interacción, y se estructuran física y mentalmente, sentando las bases de su propia salud en la edad adulta. El crecimiento y el desarrollo están regulados por factores hereditarios y hormonales y se ven favorecidos por una buena alimentación y un entorno familiar y medioambiental tranquilo.

Suplementos dietéticos

Suplementos dietéticos

La nutrición permite al organismo asimilar y utilizar los nutrientes para lograr el funcionamiento normal de los distintos órganos y sistemas y un crecimiento óptimo. Una dieta sana debe aportar al niño macronutrientes (proteínas, azúcares y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales) según las necesidades nutricionales específicas de los distintos grupos de edad. La administración de suplementos dietéticos representa una gran oportunidad de intervención para favorecer el desarrollo óptimo de los niños, ya que puede corregir posibles carencias de nutrientes.

La vitamina D

La vitamina D

En Buona, conseguimos garantizar una ingesta nutricional adecuada de vitamina D para todos los niños. La vitamina D es uno de los nutrientes clave para todas las etapas del crecimiento, ya que es esencial para el desarrollo de la masa ósea y para favorecer el funcionamiento del sistema inmunitario.

Vitamina D... y no solo eso

Vitamina D... y no solo eso

Nuestra lista presenta productos de vitamina D específicos para cada edad, pero también en combinación con otros nutrientes que pueden ser utilizados por la profesión médica en presencia de determinadas condiciones de salud y crecimiento.

Carencia de vitamina D

La carencia de vitamina D es una afección muy frecuente en la infancia. Especialmente en los primeros años de vida, los niños corren el riesgo de padecer carencia de vitamina D porque se alimentan con alimentos bajos en vitamina D, como la leche materna, y tienen hábitos sociales que a menudo les llevan a permanecer en interiores, impidiendo la exposición a la luz solar, que es crucial para la producción de vitamina D por el organismo.